¡Saludos líderes, soy Jaime Rubiel! Hoy empieza mi curso GRATUITO sobre la tercera M de mi método 4M de Productividad Exponencial: Modificación de hábitos.
En este artículo te explicaré por qué se te dificulta cambiar tus hábitos y cuál es el enfoque correcto para conseguir con éxito los cambios que deseas en tu vida.
Etapas del cambio de conducta:
Lo primero que debes saber es cómo funciona la conducta humana. En el proceso de cambio de hábitos hay tres etapas.
Imagina que estamos hablando de capas de una cebolla, en la que en el centro tenemos nuestra identidad, la siguiente capa son los procesos y, por último, tenemos la capa externa que son los resultados.
El problema radica en que la mayoría de personas intentan realizar sus cambios enfocados solo en los resultados, es decir, la parte externa. Debido a esto dirigen sus esfuerzos de afuera hacia dentro, mientras que los cambios reales surgen del centro al exterior, o sea, nuestra identidad.
¿Cual es el camino correcto para modificar mis hábitos?
Teniendo claro esto, el camino correcto para crear nuevos hábitos sería el siguiente:
- Decido quién quiero ser
- Actúo como esa persona
- Obtengo los resultados esperados.
Ahora, para explicarte con un ejemplo, imagina que quieres incorporar el deporte en tu vida diaria. El enfoque adecuado sería decir “quiero ser deportista” o, mejor aún, “soy deportista” y no “me gustaría hacer deporte”.
La primera afirmación indica un cambio de identidad, la segunda solo una intención. Pareciera sútil la diferencia, pero no lo es. Creéme cuando te digo que los verdaderos resultados en tu vida vienen cuando decides quién quieres ser y actúas en coherencia a esa decisión.
Esto funciona ya que nuestras creencias determinan nuestro comportamiento, si no cambiamos nuestras creencias, siempre estaremos autosaboteando nuestros planes.
La definición que quiero que grabes en este momento en tu mente es que detrás de un sistema de acciones SIEMPRE hay un sistema de creencias. Las conductas que no son COHERENTES con tu YO, con tu IDENTIDAD, no van a ser DURADERAS.
La meta no es leer un libro, la meta es convertirte en alguien culto.
La meta no es tocar un instrumento, la meta es convertirte en músico.
Debido a esto, debes ser muy cuidadoso sobre cómo te DEFINES. Si siempre estás diciendo que eres PÉSIMO para despertarte temprano, será imposible que algún día lo logres. Siempre vas a tender a ser coherente con tu identidad.
Como lo he dicho en varias de mis entrevistas, esto no hay que confundirlo con las “autoafirmaciones”. Tú decides quién quieres ser, pero es muy importante que acompañes de acciones tu decisión. El cerebro no es “tonto” y decirte frases bonitas frente al espejo, pero sin las acciones que las sustenten, simplemente es un autoengaño.
¿Dónde se forman nuestros hábitos y creencias?
Seguramente te estás preguntando: si tus creencias y tu visión del mundo son tan importantes para tu conducta, ¿Dónde se forman?
Y la respuesta es muy interesante: Tu identidad surge a partir de tus hábitos. Para ser más preciso: tus hábitos ENCARNAN tu identidad. Cuando organizas tu cuarto, ENCARNAS la identidad de una persona ORDENADA. Entre más repites una conducta, más refuerzas la identidad asociada a dicha conducta.
Tú crees en tu identidad porque tienes evidencia de que existe. Si vas todos los domingos a la iglesia durante 20 años, tienes la evidencia de que eres una persona religiosa.
Los seres humanos no cambiamos de la noche a la mañana. Una vez que ejecutamos las acciones que son coherentes con la identidad que queremos, se van convirtiendo en nuestros hábitos, y por lo tanto, van acumulando evidencia de esa nueva persona que queremos ser.
Cambiamos día a día, acción tras acción, hábito tras hábito, hasta cambiar nuestro propio ser. Me encanta la frase que dice que “cada ACCIÓN es un voto por la persona que QUIERO SER”.
Si el cambio es gradual, también significa que para transformarnos no requerimos de cambios radicales. Sino de pequeños pasos, constantes, que sostenidos en el tiempo nos llevan a GRANDES CAMBIOS.
Con base en esto, quiero reformular los pasos que mencioné antes. El camino del cambio sería:
- Decido quien quiero ser.
- Incorporo pequeñas acciones diarias, que al acumularse se van convirtiendo en hábitos que refuerzan mi nueva identidad.
- ¡Transformo mis hábitos!
Otro enfoque poderoso es preguntarte: ¿Qué tipo de persona es capaz de obtener los resultados que me estoy proponiendo?
Así, una forma efectiva de perder peso sería preguntarte antes de cada acción del día ¿qué haría una persona saludable? Una persona sana ¿tomaría el ascensor o subiría por las escaleras? ¿ordenaría una hamburguesa o una ensalada?. Si tomas pequeñas decisiones, constantemente, basadas en tu nueva IDENTIDAD, finalmente terminarás convirtiéndote en esa persona.
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