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El cerebro: sus tres facetas y cómo manejarlas

Seguramente, no sabías que no tienes un solo cerebro sino tres. Dos de ellos son extremadamente poderosos, mientras que otro debe ser encadenado a una silla. 

Los tres cerebros de los que te hablo son el robot, el mono y el sabio. Hoy, ahondaremos en cómo funciona cada uno y cómo manejarlos a nuestro favor. 

Imagina que eres un barco y solo tienes un timón. Este determina tu comportamiento y únicamente puede ser operado por uno de los tres cerebros a la vez. ¡Solo uno tiene el control! 

Empezaremos por el más inquieto y peligroso de los tres: el cerebro mono

Al cerebro mono le encanta la novedad y siempre busca nuevos estímulos que experimentar. Este toma el control cuando estás viendo Instagram o TikTok y sin darte cuenta ya han pasado 30 minutos. 

También es el culpable que durante el trabajo, recibas una notificación a tu celular y no resistas la tentación de ver quién ha dado like a tu última publicación. Asimismo, es el culpable de la procrastinación.

¿Por qué? Para él es mucho más cómodo y atractivo sentarse a ver la última serie de Netflix o un vídeo gracioso en YouTube que trabajar en la presentación de mañana. 

Por estos motivos, al cerebro mono hay que atarlo a una silla y no permitir que tome el timón.

Uno de los mejores métodos para controlar al cerebro mono es el diseño de ambiente. Cuando nos sentemos a trabajar, poner el celular en silencio y boca abajo; cerrar las aplicaciones que envían notificaciones a la computadora; desconectar el WiFi y el televisor. Así, será más difícil caer en la tentación. 

El segundo cerebro es uno de los más poderosos: el robot. 

La principal misión del cerebro robot es mantenernos con vida. En pocas palabras, la supervivencia. 

Su trabajo son las funciones automáticas, como respirar. Sin embargo, eso no es todo lo que hace. Parte de su trabajo es convertir en hábito lo que más pueda ya que todo lo que hacemos automáticamente consume menos energía lo cual asegura nuestra supervivencia. 

Cuando el cerebro robot está al volante, requiere mucho esfuerzo sacarlo de ahí. Por eso las primeras veces que queremos reemplazar un hábito por otro, vamos a sentir mucha incomodidad y estrés. En mis vídeos del Poder de las Acciones y el Poder el Enfoque se explica más a profundidad esto, así que te invito a verlos.  

El tercero es el cerebro sabio. ¡Él debería estar al volante la mayoría del tiempo!

Este nos permite ejercer nuestros SUPERPODERES, talentos especiales, dones que todos poseemos y nos permiten hacer nuestro trabajo VITAL. El trabajo vital es aquel que impacta de manera significativa nuestra vida y resultados.

Cada vez que queremos modificar nuestro comportamiento, necesitamos el cerebro sabio en el volante. En las Sesiones de Alta Concentración o SAC, las cuales profundizó en mi artículo “Concetración: la mejor herramienta para mejorarla”, es cuando permitimos a este tomar el control y llevarnos a niveles exponenciales de productividad.

El cerebro más potente es el robot, por lo  cual debemos aprender a manejarlo a nuestro favor. 

Esto debido a que la fuerza de los hábitos está en que cada vez que los construimos, de forma consciente o inconsciente, el control pasa al cerebro robot. 

Esto es importantísimo de entender ya que nos puede llevar a una espiral ascendente de virtudes o a la peor versión de nosotros mismos. Por ejemplo, la adicción a las drogas es un hábito desarrollado y entregado al cerebro robot.  

Lo que debemos hacer es llevar al cerebro sabio al volante y empezar a ejercer acciones que nos permitan ir moldeando nuestro hábitos. Al principio se va a sentir raro e incómodo y va a requerir de mucha energía, pero una vez esas acciones las convertimos en un hábito positivo, el control pasa al cerebro robot. Así, pasan a ser actividades automáticas. 

Por ejemplo, cuando empezamos a hacer ejercicio de forma regular se vuelve un hábito y el cerebro robot nos impulsa a no dejarlo. 

En mi canal de YouTube, voy a profundizar en herramientas concretas que te permitan ir tomando el control de tus acciones y construir hábitos. ¡Aquí puedes encontrar mi canal para que no te pierdas estos valiosos consejos!

Finalmente, quiero dejar una idea crucial: No debemos concentrarnos en dejar malos hábitos, tenemos que concentrar nuestra energía en crear buenos hábitos que los reemplacen. 

Al dejar el cerebro sabio al control, vamos a conseguir una fábrica de buenos hábitos. De este modo, a medida que los trabajamos, uno a la vez, pasarán al cerebro robot. Este reemplazará cualquier hábito malo por uno positivo. Al hacer esto de forma consistente, paso por paso, transformaremos nuestra vida y seremos seres realmente integrales. 

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